viernes, 23 de diciembre de 2011

There's a side to you that I never knew

     Quiero escribir, pero no estoy segura sobre qué. A ver: hoy estaba sentada en el colectivo camino a casa, escuchando tranquilamente Evanescence, pensando boludeces, entre ellas una que me dejo una duda: si podemos elegir entre conocer la verdad o seguir creyendo una mentira, ¿cuál escoger? Por lógica uno dice saber la verdad, por un tema de curiosidad también, pero ¿qué pasa cuando la mentira nos gusta? ¿Qué ocurre cuando esa ilusión nos cautiva por completo, cuando nos acostumbramos a esa farsa? ¿Qué sucede cuando se convierte en nuestro refugio, que en sus falsas redes nos sentimos protegidos? No siempre es fácil decidir, porque ¿estamos dispuestos a saber la verdad? No es una mera decisión guiada por la curiosidad, hay que estar seguros que querer conocer la realidad, arriesgarnos a que nos duela, que nos destruya o bien, que nos salve.
A veces sucede que nos acostumbramos a las mentiras, es decir estamos rodeados de ellas, "Todo el mundo miente, la única variable es sobre qué" by Dr. House (lo amo) y es cierto. Mentir es algo tan cotidiano, tan humano, osea imagina simplemente que a todo momento, incluso ahora precisamente hay alguien mintiendo en algún lugar, sobre algo serio u alguna estupidez. Te puedo asegurar que decís una mentira por día al menos, por ejemplo cuando te preguntan ¿estás bien? y no, no lo estas pero aun así le respondes que sí, its a lie al fin y al cabo. Alguna veces hasta somos inconscientes de que lo hacemos o llegamos al punto de creernos nuestras propias mentiras. Son una ilusión, no son reales, en cualquier momento pueden esfumarse y dejarte en la nada, perdido; es todo una farsa y en un momento van a desaparecer, y la verdad va a salir a la luz, porque the lies es como una niebla que distorsiona la realidad, puede ser una niebla negra que este a punto de asfixiarte, destruyendo todo a su paso o bien puede ser una niebla, de una forma flashera, blanca con un delicioso aroma que nos parezca confortable, es decir, de una manera menos metafórica que puede pasar que te guste más la mentira que la verdad, pero de que sirve vivir de una ilusión, de algo que nunca existió realmente, ademas al fin y al cabo la verdad duele una sola vez, la mentira cada vez que la recuerdas.

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